La actual Casa de la Cultura de Heredia, está ubicada en una propiedad cuya ubicación es privilegiada. No sabemos quién fue su primer propietario, pero en 1790 fu adquirida por un rico comerciante asturiano, don Pedro Antonio Solares y Berros (1790-1824). En su tiempo fue quizás el hombre más rico de toda la provincia de Costa Rica. Era dueño de barcos y abrió en Heredia un excelente almacén, para cuyo efecto adquirió propiedades al lado de este de su casa, y llegó a ser el dueño de cerca de las dos terceras parte de esa manzana. Sus abundantes bienes le permitieron adquirir muchas y muy buenas propiedades en diversas partes de Costa Rica y en la jurisdicción de Heredia sobre todo. Llegó a ejercer a partir de 1803 el cargo de Administrador de Correos; más tarde, al finalizar el período colonial y al momento de la Independencia era Alcalde la Ciudad.
Don Luis Felipe González Flores escribe que su casa de habitación la construyó solares por 1792, pero nosotros nos inclinamos a pensar que previamente debió existir allí otra, la que fue demolida o remodelada por Solares. Don Pedro Antonio se casó en noviembre de 1797 con doña Casimira Sandoval; su mujer falleció en enero de 1821. A la muerte de Solares, ocurrida el 14 de febrero del 1824, le sobrevivieron un varón, que murió soltero poco más tarde y cuatro hijas. Una de ellas se casa con don Nicolás Ulloa (1799-1864) y otra con don Rafael Moya (1800-1864).
Heredan la casa de don Pedro Antonio, don Rafael Moya y su mujer, y allí residen hasta la muerte de ambnos. Al lado este de la misma, se encuentra la casa de don Nicolás Ulloa.
Existieron estrechos vínculos familiares y de vecindad entre Ulloa y Moya; intervinieron en varios negocios de minas, café y otras mercancías. Se involucran juntos en la llamada guerra de la Liga en 1835, contra el gobierno del Lic. Braulio Carrillo, y tras el fracaso de los ligueros, sufrió Moya y Ulloa, pues éste era el jefe del movimiento revolucionario que unio a Heredia con Cartago y Alajuela. Se dió la imposición de un fuere pago al Estado por los costos de la guerra. Ulloa y Moya fueron confinados a los Montes del Aguacate. En 1836 fueron indultados y pudieron regresar a Heredia. Ulloa colaboró junto con Moya, para el progreso de la educación en Heredia y ambos consiguieron en 1845 el establecimiento en Heredia del Colegio del Padre Paul, un centro educacional de gran relevancia dentro del país, pues vinieron incluso jóvenes de San José a educarse en él. Este plantel duró cerca de dos año en Heredia. Ulloa, en su condición de senador, logró en 1845 el establecimiento de la primera banda militar en el país. Uloa falleción en mayo de 1864 en Heredia.
Entre 1856 y 1864 Moya como Gobernador de la Provincia y sin temor cabe expresar que ha sido el mejor funcionario que ha desempeñado este cargo. En la mañana del 15 de noviembre de 1864, la muerte le sorprendió en su silla de descanso en el corredor de su casa, y tení en sus manos el Reglamento de Policía. Fue una fecha de duelo para la ciudad de Heredia y su provincia.
La casa de Moya fue después, en la década de los ochenta, de don Osvaldo Odio por corto tiempo. La compró luego Domingo González, padre del Lic. Alfredo González Flores.
Es fama que el 12 de abril de 1842, en el edifico del extremo sureste de esta misma manzana, asumió Francisco Morazán la jefatura del Estado de Costa Rica, hecho que puso en el camino del exilio al Lic. Braulio Carrillo.
Don Nicolás Ulloa, había hecho construir en 1843 su casa de habitación, anexa a la antigua casa de solares. Fue para su época una casa notable por su tamaño y sobre todo por su excepcionales y elaboradas rejas que cerraban las ventanas. Dos de las rejas originales permanecen, no así otras dos más, que desaparecieron después de 1950 al demolerse parte del edificio original. Hoy esas dos rejas se encuentra en una residencia en Barva.
Por decreto de 27 de setiembre de 1979 esta casa fue declarada Reliquia de interés Arquitectónico.
En 1870 los herederos de Ulloa alquilaron parte de la propiedad de Ulloa a la municipalidad, la que llegaba hasta la esquina este (diagonal a la Casa Cural). Luego en 1875 la vendieron a la municipalidad de Heredia, la que funcionó allí hasta el año 1915, en que se trasladó el nuevo edificio. Después de ello, en 1916, la propiedad fue cedida al gobierno y empezó a funcionar allí la Escuela Nicolás Ulloa, la que desapareció en 1938 para ser sustituída por la Escuela Cleto González Víquez, la que se localiza en la parte norte de la ciudad.
Parte de la casa de Ulloa se conserva actualmente y en ellas se ubica un restaurante; fue antes la residencia de don Domingo González y luego de sus hijas. Más tarde, hace que se localiza en la parte norte de la ciudad.
Parte de la casa de Ulloa se conserva actualmente y en ellas se ubica un restaurante; fue antes la residencia de don Domingo González y luedo de sus hijas. Más tarde, hace cerca de veinte años, fue vendida por un nieto de don Domingo al restaurante, el que todavía funciona allí.
El Lic. Alfredo González flores (1877-1962), Presidente de la República entre 1914 y 1917, residió en la casa de Solares y de Moya. Tras su matrimonio en 1922 emprendió a través de su padre, pues él se trasladó a Washington para defender los intereses de Costa Rica en un sonado pleito, la obrea de las reformas a la casa. Al regresar en 1923, se instaló allí hasta el año de su muerte.
Pasados algunos meses, fue alquilada para establecer en ella un restaurante, pero por presión popular, esta propiedad fue adquirida por el Estado en 1974. Más tarde la misma fue restaurada y tras ello se ubicó la Casa de la Cultura de Heredia. Nada más adecuado que un lugar de tanta tradición en la comunidad, reflejo de un pasado señorial y cargado de historia vía de la ciudad y del país pertenezca al Estado y esté hoy abierto al público.
Por decreto de 2 de noviembre de 1974, este edificio fue declarado Monumento Nacional.
Fuente: Lic. Carlos Meléndez Ch.Del libro "Añoranzas de Heredia"
Don Luis Felipe González Flores escribe que su casa de habitación la construyó solares por 1792, pero nosotros nos inclinamos a pensar que previamente debió existir allí otra, la que fue demolida o remodelada por Solares. Don Pedro Antonio se casó en noviembre de 1797 con doña Casimira Sandoval; su mujer falleció en enero de 1821. A la muerte de Solares, ocurrida el 14 de febrero del 1824, le sobrevivieron un varón, que murió soltero poco más tarde y cuatro hijas. Una de ellas se casa con don Nicolás Ulloa (1799-1864) y otra con don Rafael Moya (1800-1864).
Heredan la casa de don Pedro Antonio, don Rafael Moya y su mujer, y allí residen hasta la muerte de ambnos. Al lado este de la misma, se encuentra la casa de don Nicolás Ulloa.
Existieron estrechos vínculos familiares y de vecindad entre Ulloa y Moya; intervinieron en varios negocios de minas, café y otras mercancías. Se involucran juntos en la llamada guerra de la Liga en 1835, contra el gobierno del Lic. Braulio Carrillo, y tras el fracaso de los ligueros, sufrió Moya y Ulloa, pues éste era el jefe del movimiento revolucionario que unio a Heredia con Cartago y Alajuela. Se dió la imposición de un fuere pago al Estado por los costos de la guerra. Ulloa y Moya fueron confinados a los Montes del Aguacate. En 1836 fueron indultados y pudieron regresar a Heredia. Ulloa colaboró junto con Moya, para el progreso de la educación en Heredia y ambos consiguieron en 1845 el establecimiento en Heredia del Colegio del Padre Paul, un centro educacional de gran relevancia dentro del país, pues vinieron incluso jóvenes de San José a educarse en él. Este plantel duró cerca de dos año en Heredia. Ulloa, en su condición de senador, logró en 1845 el establecimiento de la primera banda militar en el país. Uloa falleción en mayo de 1864 en Heredia.
Entre 1856 y 1864 Moya como Gobernador de la Provincia y sin temor cabe expresar que ha sido el mejor funcionario que ha desempeñado este cargo. En la mañana del 15 de noviembre de 1864, la muerte le sorprendió en su silla de descanso en el corredor de su casa, y tení en sus manos el Reglamento de Policía. Fue una fecha de duelo para la ciudad de Heredia y su provincia.
La casa de Moya fue después, en la década de los ochenta, de don Osvaldo Odio por corto tiempo. La compró luego Domingo González, padre del Lic. Alfredo González Flores.
Es fama que el 12 de abril de 1842, en el edifico del extremo sureste de esta misma manzana, asumió Francisco Morazán la jefatura del Estado de Costa Rica, hecho que puso en el camino del exilio al Lic. Braulio Carrillo.
Don Nicolás Ulloa, había hecho construir en 1843 su casa de habitación, anexa a la antigua casa de solares. Fue para su época una casa notable por su tamaño y sobre todo por su excepcionales y elaboradas rejas que cerraban las ventanas. Dos de las rejas originales permanecen, no así otras dos más, que desaparecieron después de 1950 al demolerse parte del edificio original. Hoy esas dos rejas se encuentra en una residencia en Barva.
Por decreto de 27 de setiembre de 1979 esta casa fue declarada Reliquia de interés Arquitectónico.
En 1870 los herederos de Ulloa alquilaron parte de la propiedad de Ulloa a la municipalidad, la que llegaba hasta la esquina este (diagonal a la Casa Cural). Luego en 1875 la vendieron a la municipalidad de Heredia, la que funcionó allí hasta el año 1915, en que se trasladó el nuevo edificio. Después de ello, en 1916, la propiedad fue cedida al gobierno y empezó a funcionar allí la Escuela Nicolás Ulloa, la que desapareció en 1938 para ser sustituída por la Escuela Cleto González Víquez, la que se localiza en la parte norte de la ciudad.
Parte de la casa de Ulloa se conserva actualmente y en ellas se ubica un restaurante; fue antes la residencia de don Domingo González y luego de sus hijas. Más tarde, hace que se localiza en la parte norte de la ciudad.
Parte de la casa de Ulloa se conserva actualmente y en ellas se ubica un restaurante; fue antes la residencia de don Domingo González y luedo de sus hijas. Más tarde, hace cerca de veinte años, fue vendida por un nieto de don Domingo al restaurante, el que todavía funciona allí.
El Lic. Alfredo González flores (1877-1962), Presidente de la República entre 1914 y 1917, residió en la casa de Solares y de Moya. Tras su matrimonio en 1922 emprendió a través de su padre, pues él se trasladó a Washington para defender los intereses de Costa Rica en un sonado pleito, la obrea de las reformas a la casa. Al regresar en 1923, se instaló allí hasta el año de su muerte.
Pasados algunos meses, fue alquilada para establecer en ella un restaurante, pero por presión popular, esta propiedad fue adquirida por el Estado en 1974. Más tarde la misma fue restaurada y tras ello se ubicó la Casa de la Cultura de Heredia. Nada más adecuado que un lugar de tanta tradición en la comunidad, reflejo de un pasado señorial y cargado de historia vía de la ciudad y del país pertenezca al Estado y esté hoy abierto al público.
Por decreto de 2 de noviembre de 1974, este edificio fue declarado Monumento Nacional.
Fuente: Lic. Carlos Meléndez Ch.Del libro "Añoranzas de Heredia"
No hay comentarios:
Publicar un comentario